
La historia jamás contada de Laika, la perra espacial
Hace 64 años que Laika, la perra espacial, se convirtió en el primer ser vivo en orbitar La Tierra, un logro histórico y ejemplo de éxito de la colaboración entre seres humanos y animales de no ser por una pequeña cuestión ética: desde el principio estaba planificado que fuera un viaje solo de ida.
El proyecto Sputnik 2.
Solo una semana antes de que el Sputnik 1 se convirtiera en el primer satélite que orbitó la tierra, el equipo de científicos responsables del proyecto liderados por Vladimir Yazdovsky recibió una llamada de Nikita Khrushechev, el primer ministro soviético. Khrushechev tenía un encargo de suma importancia para ellos: desarrollar y construir un segundo modelo de Sputnik y tenerlo preparado para su lanzamiento de cara a la conmemoración del 40 aniversario del inicio de la Revolución Bolchevique. Apenas disponían de un mes para lograrlo.
Los científicos soviéticos liderados por Yazdovsky rápidamente comenzaron a desarrollar un proyecto cuyo principal objetivo era testear la supervivencia de un ser vivo en el espacio antes de intentar los vuelos con humanos. Sin embargo, con un calendario tan apretado, no había tiempo de diseñar una misión espacial donde el pasajero pudiera ser recuperado.
Por su gran adaptabilidad y fácil adiestramiento, los perros fueron considerados la mejor opción para comprobar la resistencia de un mamífero ante tales condiciones extremas. El equipo trabajó intensamente con numerosos candidatos, haciéndolos pasar por un proceso de selección que incluía experimentos de una crueldad absolutamente inhumana, como encerrar a los animales en cápsulas diminutas durante días enteros, alterar radicalmente las condiciones termo-atmosféricas de su interior y someterlos a auténticas torturas sensoriales. Todo valía para encontrar al “espécimen” con mejor capacidad de adaptación.
Pero si el viaje iba a ser únicamente de ida… ¿Qué sentido tenían todas estas pruebas? ¿O acaso se trataba de encontrar al animal con mayor capacidad de sufrimiento para poder recopilar una mayor cantidad de datos antes de su muerte?

Reproducción de la sonda Sputnik 2, con Laika en su interior.
El origen de la perra del espacio
Finalmente Laika (Ladradora en Ruso), una perra mezcla de husky y spitz de unos tres años que habían encontrado en las calles de Moscú meses atrás, fue la candidata seleccionada. Probablemente impulsado por la culpa, Vladimir Yazdovsky se la llevó a su casa un día antes del lanzamiento y trató de proporcionarle unas últimas horas de paz y afecto humano antes de sacrificarla.
La misión del Sputnik 2 fue un éxito: la primera sonda espacial de la historia de la humanidad que consiguió orbitar La Tierra con un pasajero vivo en su interior. Pero el precio a pagar fue la vida de Laika. Desde la Unión Soviética originalmente se comunicó que la perra había fallecido al sexto día, por eutanasia inducida de forma remota para evitar su sufrimiento por la falta de oxígeno… Sin embargo, muchos años después, se descubrió que toda aquella información era propaganda soviética.
Los datos biométricos recopilados por la sonda no eran especialmente precisos, y solo podían recopilarse durante los 15 minutos siguientes al lanzamiento. En la actualidad tenemos dispositivos tan prácticos como el Dinbeat Uno, que habrían permitido monitorizar las constantes de Laika durante todo el viaje en tiempo real y de forma inalámbrica… pero la tecnología de mediados del siglo XX no daba para más. y solo y confirmados por el Museo Nacional del Aire y el Espacio, Laika sufrió hiperventilación y taquicardia hasta que finalmente murió, aterrorizada y hambrienta apenas unas horas después del lanzamiento, debido al sobrecalentamiento de la cápsula combinado con el estrés brutal al que la habían sometido.
Cuestiones éticas.
El fallecimiento de Laika generó una reacción inmediata por parte de algunas asociaciones de defensa animal, pero en un primer momento las protestas no tuvieron apenas influencia ya que a mediados del siglo XX el activismo pro-animalista era minoritario. En la Unión Soviética y EE.UU los medios trataron la polémica como un tema menor que apenas ocupaba espacio en los diarios de tirada nacional, mientra que Europa y muy especialmente Reino Unido sí mostraron más rotundamente su rechazo.
Con el paso del tiempo se consiguió poner sobre la mesa el debate sobre el maltrato animal en los entornos de investigación, con numerosas publicaciones científicas preguntándose dónde había trazar la línea de los límites éticos de la experimentación con animales. En años posteriores numerosas figuras relevantes, incluyendo algunos miembros del proyecto Sputnik, se mostraron arrepentidos y lamentaron lo que había supuesto el sacrificio de Laika.
Cuanto más tiempo pasa, más lamento lo sucedido. No debimos haberlo hecho… ni siquiera aprendimos lo suficiente de esta misión como para justificar la pérdida del animal.
Oleg Gazenko, entrenador de Laika.
Desde ese momento todos los vuelos espaciales no tripulados por humanos fueron diseñados para recuperar a los pasajeros.
El legado de Laika, la perra espacial.
Desde su muerte, las representaciones artísticas en honor a Laika fueron numerosas en el ámbito artístico institucional, destacando las esculturas de La Ciudad de las Estrellas (1972) y Moscú (2008), así como las hermosas colecciones de sellos oficiales del gobierno soviético y posters propagandísticos.
Pero fue la cultura popular la que se nutrió de una mayor cantidad de obras inspiradas por la historia de Laika: empezando por al menos una docena de películas, libros, series de televisión, aunque de entre toda esta enorme cantidad creaciones tenemos que destacar la magnífica novela gráfica “Laika” de Nick Abadzis, un relato realista y en clave de biopic que ganó varios premios Eisner (los Oscar de los cómics),
Como curiosidad, destacar que en España tenemos desde hace años un estupendo programa de divulgación científica titulado Orbita Laika en su honor, que lleva seis temporadas emitiéndose en Televisión Española .
Una leyenda manchada por la crueldad humana.
Más de medio siglo después del lanzamiento del Sputnik 2 los libros de historia recuerdan a Laika como una heroína, nada menos que el primer ser vivo que voló hacia las estrellas y orbitó nuestro planeta. Sin embargo en Dinbeat consideramos que la historia de Laika está mucho más cerca de ser una tragedia que cualquier otra cosa, pues fue ante todo una víctima inocente de una guerra fría que le era completamente ajena.
Aún considerando su aportación a la historia un hito esencial para la ciencia y la exploración especial, en nuestra opinión nada excusa el sacrificio de un ser sintiente, ni siquiera el progreso. Laika tenía el mismo derecho a la vida que cualquiera de los seres humanos que decidieron enviarla al espacio, y jamás deberíamos olvidar que se vio obligada a cumplir una misión que nunca debió serle encomendada.
Datos y veterinaria: un futuro en común
A medida que avanzamos en el siglo XXI, los datos se han convertido en una parte fundamental de nuestra vida diaria y ha comenzado a transformar el mundo de la veterinaria de maneras emocionantes y significativas. En la actualidad, cada vez más clínicas veterinarias...
La necesidad de un dispositivo de monitorización para cólicos en caballos
Detectar cólicos en los caballos con ayuda de Dinbeat UNO® Horse Edition El cólico es una de las enfermedades digestivas más comunes que sufren los équidos. El diagnóstico precoz y el tratamiento eficaz serán la clave del éxito para combatir el cólico, sin embargo, se...
Mejora tu experiencia Dinbeat UNO®
Consigue más con tu Dinbeat UNO® gracias a las últimas novedades En Dinbeat innovamos constantemente para ayudarte a crecer cada día, por esta razón, hemos decidido actualizar nuestra plataforma y lanzar HUB Pro, para seguir ofreciendo un producto de vanguardia. En el...
Ahí están pintados los rusos prepotentes , ocultando sus errores y sacando pecho de ellos .Así paso con chernobyl