Maggie, la perra que escapó de su jaula en una residencia para calmar el llanto de unos cachorros

por Abr 14, 2016Actualidad0 Comentarios

Hay historias que llegan al corazón y que nos recuerdan lo maravillosos que son los perros. Esta es una de ellas, y por eso no nos hemos resistido a compartirla con vosotros. Su protagonista: una pastora australiana alojada en la residencia canina Barkers Pet Motel and Grooming, en Saint Albert, Canadá.
Esta empresa familiar lleva a cabo una bonita labor paralela a su actividad; se encarga de dar cobijo a perros sin hogar cuando las protectoras están saturadas. Perros como Maggie, que así se llama.

A finales de enero llegaron al centro unos cachorros. Al caer el día comenzaron a llorar asustados. Fue entonces cuando sucedió todo. Maggie, que había sido madre poco tiempo antes y que recientemente se había separado de sus cachorros, dados en adopción, reaccionó de manera inesperada al llanto de los pequeños, llevada por su instinto maternal.

Durante la noche, los canes de la residencia duermen en sus jaulas para evitar percances. Cada una de ellas posee una pequeña ranura por la que el personal desliza el agua. La perra, movida por la necesidad de consolar a los cachorros desplazó su bebedero y logró escapar. Rápidamente acudió al pasillo de los perritos e hizo el intento de entrar en la jaula, pero en esta ocasión no tuvo suerte. Ante esto, Maggie se tumbó al lado de las rejas, pegada a los cachorros, para que se calmaran.

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El personal de la residencia no estaba en aquel momento, pero el sistema de vigilancia con cámaras les advirtió de que la perra había escapado. Una de las responsables entró entonces en las instalaciones y la encontró. Maggie salió a saludar de manera alegre y cariñosa, volviendo posteriormente, y junto a ella, sobre sus pasos. Ante esta situación, no pudo hacer otra cosa que dejarla entrar en el habitáculo de los pequeños, que la recibieron como si de su verdadera madre se tratara.  Al poco, acurrucados con ella, se calmaron.

A la mañana siguiente, los empleados pudieron comprobar que seguían sin separarse. El centro con buen criterio, viendo lo positivo que resultaba esa relación en ambas direcciones, decidió mantenerlos juntos.

Tiempo después, Maggie consiguió encontrar una familia con la que ser feliz. Hasta entonces no se separó de los pequeños cachorros que tanto la necesitaban. Ojalá que, en estos meses, también ellos hayan tenido la suerte de encontrar un hogar.

 

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