La sociedad china dice no al consumo de carne de perro

por May 5, 2016Actualidad0 Comentarios

Como cada año, para celebrar el inicio del verano, se lleva a cabo uno de los eventos más repudiados a nivel internacional: el Festival de Carne de Perro de Yulin. En pocas semanas alrededor de 10.000 canes perderán la vida en un acto deleznable amparado en la tradición. Frente a esto, la lucha de organizaciones animalistas de medio mundo y las hazañas de héroes silenciosos como Yang Xiaoyun, de la que ya os hablamos.

El consumo de carne de perro es común en los países asiáticos. Suele ser habitual en las dos Coreas, Vietnam y Tailandia, además de en China. Pero es ahí, precisamente en el país en el que se celebra este cruel festival, el lugar en el que ha surgido una iniciativa esperanzadora, respaldada por las firmas de ocho millones de internautas. Se ha puesto en marcha una moción encabezada por el diputado Zheng Xiaohe, con el fin de ser puesta en manos de la Asamblea Nacional Popular para erradicar este tipo costumbres.

Esta iniciativa se ha convertido en una de las propuestas con mayor apoyo ciudadano de China, y de prosperar supondría el fin de un festival del que ya se van desvinculando las autoridades de Yulin, que sin embargo siguen permitiéndolo.

Las críticas desde el exterior y las indescriptibles fotos de las crueles torturas a las que son sometidos los canes incendian cada día más las redes sociales. Y es que los perros del festival son tratados con una crueldad fuera de límites: se les apalea, se les despelleja y son exhibidos en puestos callejeros. Pero ahí no queda la cosa. Según defensores de los animales, gran parte de estos pobres perros han sido robados de sus hogares, y recorren el camino desde cualquier punto del país hasta la región sureña de Guangxi, donde este se celebra, en condiciones lamentables.

Además, esta indignante fiesta respira y se basa en una tradición que no lo es tanto. Según animalistas, el festival realmente parte del año 2010, como un acto puramente económico; nada que ver con la cultura o la tradición de la que hacen gala, por lo que este argumento se desmorona.

Con todos estos elementos y el rechazo de gran parte de la sociedad china sobre la mesa, esperamos que pronto las imágenes que describen el duro padecimiento de estos pequeños cada inicio de verano se conviertan en un lejano recuerdo, y que el respeto hacia el mundo canino se imponga de una vez por todas sobre la barbarie.

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