La increíble historia de Hachiko, el perro más fiel

por Jun 29, 2015Actualidad, Curiosidades0 Comentarios

Seguramente habrás oído hablar de la historia de Hachiko, apodado el perro fiel, o incluso hayas podido ver la película que hicieron sobre este perro y que protagonizó Richard Gere. Si no lo has hecho, te la recomendamos encarecidamente, ya que muestra perfectamente el amor de un perro hacia su amo y viceversa.

Hachiko nació en Odate en 1924 y fue enviado en una caja desde la granja en la que nació hasta la estación de Shibuya (Tokio), un viaje que dura dos días, lo realizó dentro de un vagón de equipaje. Este perro de raza Akita fue regalado a Eisaburo Ueno, profesor del Departamento de Agricultura en la Universidad de Tokio, y aunque él no quería conservarlo lo hizo por su hija, ya que realmente el perro era para ella. Cuando sus sirvientes fueron a recogerlo a la estación de Shibuya creyeron que estaba muerto, pero una vez en casa lo acercaron a una fuente de leche y se reanimó. La primera vez que el profesor lo cogió se dio cuenta de que sus patas delanteras estaban un poco desviadas y por esto decidió llamarlo Hachi (ocho en japonés).

A pesar de habérselo quedado por su hija, esta se fue de casa al quedarse embarazada y casarse para irse a vivir con su marido. El profesor pensó en regalarlo, pero pronto le cogió cariño y decidió quedárselo, ya que el perro lo adoraba hasta tal punto que empezó a escaparse todas las mañanas en las que Ueno tenía que ir hasta la estación de tren para acompañarlo, y al final del día volvía a escaparse para ir a recibirlo. Nunca le importó si hacía calor, frío, si nevaba o llovía, Hachiko no faltó ni un solo día. Esa rutina, que pasó a formar parte de la vida de ambos, no fue inadvertida ni por las personas que transitaban por el lugar ni por los dueños de los comercios de los alrededores.

Esta costumbre continuó sin interrupciones hasta el 21 de mayo de 1925. Hachiko esa misma mañana cuentan que estaba muy alterado y ansioso, como si algo no fuera del todo bien, y así fue. El profesor sufrió un infarto mientras daba clase, y murió.

Esa misma tarde Hachi fue hasta la estación a esperar la llegada del tren, pero Ueno no volvió a casa. Hachiko siguió yendo cada día a la estación a esperar a su amo, la persona que más quería en el mundo, ya que no entendía que no fuera a regresar, hasta que un buen día decidió quedarse a vivir en el sitio en el que cada tarde lo esperaba frente a la estación.

Conforme pasaba el tiempo, la historia de Hachiko se volvía cada vez más popular y eran muchos los que se acercaban hasta la estación para verlo. Gracias a muchas personas que trabajaban en los alrededores y a todo el que pasaba por allí, Hachiko no tuvo ningún problema para conseguir comida y bebida, ya que se encargaron de alimentarlo.

En abril de 1934 decidieron premiar su fidelidad y le erigieron una estatua de bronce en la estación Shibuya para hacerse un homenaje, el propio Hachiko estuvo presente el día de la inauguración.

Lamentablemente la espera de Hachiko fue en vano, de nada sirvió que permaneciera allí día tras día durante diez años, ya que Ueno nunca pudo regresar de ese último viaje, y el 8 de marzo de 1935 Hachi murió frente a la estación de Shibuya. Al lado de la tumba del profesor, en el Cementerio de Aoyama (Tokio), se construyó un monolito con su nombre y finalmente Hachiko pudo reencontrarse con Ueno.

Aquí podéis ver el trailer de la película:

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