¿Qué es el pericardio? ¿Qué funciones tiene?
El pericardio está compuesto de unas membranas que rodean el corazón. Podríamos decir que, en cierto modo, es un saco que envuelve el corazón. Sus funciones principales son las de fijar la correcta posición del corazón, mantener la forma cardíaca y dar protección.
Se estima que las afecciones pericárdicas suponen aproximadamente entre el 10 y el 15% de las consultas cardiológicas en perros y gatos.
El pericardio está compuesto por dos láminas: la capa fibrosa y la capa serosa.
La lámina fibrosa es la más exterior y está compuesta de colágenos y elastina. La lámina serosa es la más interior y la que contacta con el corazón. Está compuesta de una sola capa de células mesoteliales. Esta recubre la superficie interior del pericardio fibroso.
¿Qué es el espacio pericárdico?
Dentro de este espacio entre las dos capas, encontramos el espacio pericárdico. Este contiene de forma normal un acúmulo de entre 0,15-0,25 ml de fluido por kilogramo peso corporal. La función de este líquido es evitar el roce con el movimiento del corazón.
¿Qué es la efusión pleural?
Llamamos efusión o derrame pericárdico al acúmulo de fluido en el espacio pericárdico. Es decir, entre las dos láminas que componen el pericardio: la capa serosa y la capa fibrosa.
Dentro de este espacio, encontramos de forma normal un acúmulo de entre 0,15-0,25ml de fluido por kilogramo peso corporal.
¿Qué pasa cuando se acumula más líquido del normal? Taponamiento cardíaco.
Los acúmulos mayores de fluidos son inicialmente tolerados sin problema por parte del pericardio. El problema surge cuando estos acúmulos son mayores y ejercen presión. Esto puede llegar al punto de comprimir el atrio y ventrículos derechos, produciéndose el fenómeno de taponamiento cardíaco. Estos casos pueden conducir a una disminución del output cardíaco (volumen de salida), hipotensión arterial y fallo cardíaco congestivo derecho.
Causas de derrame pericárdico:
Las hernias diafragmáticas peritoneo-pericárdicas como causa congénita más común.
Existen causas congénitas de derrame pericárdico reportadas, aunque son más frecuentes las causas adquiridas. Como principal causa congénita encontramos las hernias diafragmáticas peritoneo-pericárdicas. Estas producen una comunicación entre cavidad peritoneal y cavidad pericárdica, con extravasación de fluidos hacia esta última. La sintomatología gastrointestinal o respiratoria grave en animales muy jóvenes suele ser una típica manifestación.
Las neoplasias como causa adquirida más frecuente en perros.
Las neoplasias que afectan tanto la base cardíaca como el pericardio son una causa habitual. Hemangiosarcomas, quemodectomas o mesoteliomas suelen ser los tumores más habituales en perros. A pesar de ello, aunque con menor frecuencia, también pueden darse las metástasis de otros tumores. En gatos, por el contrario, el linfoma suele ser el tumor más habitual. A él le siguen otros tumores de base cardíaca y las metástasis.
La causa idiopática, la segunda causa más habitual en perros.
La causa idiopática es la segunda más habitual en los caninos, a diferencia de los felinos, donde es muy infrecuente. Se ha asociado en algunos casos a pericarditis y hemorragias idiopáticas, pero sin una causa inmunomediada o vírica identificada. Al parecer, la suelen padecer más los individuos de edad media y raza gigante, como Labrador y Golden Retriever.
Bacterias y virus como otras causas posibles.
Otras causas posibles son las infecciosas. En gatos, la peritonitis infecciosa felina suele ser una causa habitual. Algunas causas bacterianas se han asociado con cuerpos extraños migrantes, heridas penetrantes e infecciones pulmonares concurrentes. Del mismo modo, también se ha asociado a la enfermedad mixomatosa de la válvula mitral. Las infecciones fúngicas han sido reportadas como causantes de derrame pericárdico.
Otras causas menos frecuentes:
Como otras causas como la rotura del atrio izquierdo o la intoxicación con rodenticidas han sido causantes de efusiones pericárdicas hemorrágicas.
Como causa secundaria y manifestación de derrame pleural encontramos las hipoproteinemias severas y la cardiomiopatía hipertrófica felina. En este último caso, se asocia especialmente a cardiomiopatía hipertróficas asociadas a enfermedad miocárdica.
¿Cuáles van a ser los síntomas clínicos?
Los signos clínicos van a ser variables, generalmente en función del volumen y gravedad de la efusión pericárdica. En casos más leves, el animal puede no manifestar signos clínicos visibles.
Por lo general se van a dar signos clínicos inespecíficos como letargia, fatiga y debilidad. Si la situación persiste se puede dar pérdida de peso. Y estos signos van a progresar a dificultad respiratoria, ascitis y colapso. En algunos casos, se puede dar tos.
Dado lo inespecífico de los síntomas, es aconsejable descartar derrame pericárdico en cualquier individuo con colapso, ascitis o intolerancia al ejercicio.
¿Qué debemos esperar en el examen físico?
En un derrame pleural los sonidos cardíacos se atenúan o se hacen inaudibles. Suele observarse taquicardia. En caso de fallo cardiaco congestivo derecho se podrá observar ascitis y efusión pleural. También se observará distensión yugular y pulso venoso yugular junto con un pulso femoral débil.
¿Qué veremos en las pruebas complementarias?
En la radiografía observaremos una silueta cardíaca más esférica y con la pérdida de la definición habitual. El tamaño dependerá en función de la gravedad de la efusión. Generalmente observaremos una vena cava caudal distendida, hepatomegalia y signos de ascitis. En algunos casos, podremos sospechar de masas cardíacas u observar lesiones neoplásicas en pulmones.
En el ECG observaremos QRS de bajo voltaje. Cabe recordar que felinos esta condición es normal en gatos. Otro hallazgo habitual será la alternancia eléctrica, especialmente en las efusiones más importantes. Esto se explica por el movimiento del propio corazón dentro del fluido pericárdico.
La ecocardiografía supone el mejor método de detección
En la ecografía observaremos un área hipoecoica envolviendo el corazón, que será el fluido. Esto será más notorio en el ápex que en el área de la base cardíaca. Este método nos permitirá estimar la cantidad de líquido pleural. Del mismo modo, nos permitirá determinar la presencia del mencionado taponamiento cardíaco, a la vez de hacer una primera valoración cardíaca. Ciertas patologías secundarias, así como la presencia de ciertas masas podrán ser caracterizadas.
Dinbeat UNO® supone el mejor método de monitorización continua
Con el arnés multiparamétrico Dinbeat UNO® podremos monitorizar estos pacientes una vez hayan sido estabilizados. A través del control de las respiraciones por minuto, frecuencia cardíaca y temperatura podremos obtener datos a tiempo real sin manipulación. No alterar o estresar los pacientes con esta patología es muy importante en pacientes graves.